Durante los meses de verano estamos de mejor humor, sonreímos con frecuencia e intentamos pasar más tiempo al aire libre, para disfrutar de la Naturaleza y de los rayos de sol, que nos proporcionan una energía extraordinaria.
Elegir dónde pasamos nuestras vacaciones es la pregunta. Mar o montaña, that’s the question. Un estudio realizado por una la Universidad de Michigan en Wellington, Nueva Zelanda, confirma que vivir o estar una temporada en lugares donde haya grandes espacios azules y grandes volúmenes de agua, reduce los niveles de estrés y angustia psicológica.
Pero, ¿es lo mismo estar en el mar que junto a un lago?
Según concluye en el informe, no. La vida cerca del mar mejora en grado superior la salud mental del grupo de personas analizadas. Gracias al sonido de las olas y los colores verde-azulados del agua se consigue una mayor relajación mental.
El agua del mar, la arena, las algas, las rocas y la brisa marina constituyen un spa natural del que beneficiarnos, mejora de afecciones respiratorias, cardiacas, musculares, dermatológicas y reumáticas, entre otras.
En cualquier caso, ambas opciones, mar y montaña, son dos alternativas magníficas para dar un giro a nuestras actividades habituales y buscar relajación en espacios abiertos.
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