La lectura es una de las actividades más placenteras que existen. Es un hábito que afortunadamente se está potenciando de nuevo, como consecuencia de la pandemia mundial que estamos viviendo. Cultivarlo es imprescindible, aún en la era digital, donde grandes plataformas de entretenimiento ofrecen alternativas muy atractivas, como la posibilidad de ver magníficos documentales y películas de forma casi ilimitada.
El acceso a estos nuevos canales audiovisuales, supone un gran progreso y beneficio para los usuarios, pero de la misma forma pueden “robarnos” una gran cantidad de tiempo, tanto, que si no sabemos gestionarlo, puede suponer el olvido de la lectura.
Apostamos por fomentar el placer de leer. Por visitar de nuevo las librerías (también de manera on line), por informarse de las últimas novedades, e incluso por disfrutar de los libros a través del tacto y del olfato, algo usual para los amantes de la literatura.
Nos encantan los libros porque nos aportan nuevos conocimientos, nuevas ideas… Nos ofrecen mundos maravillosos por descubrir, además de ampliar nuestro vocabulario y de abrir nuestras mentes a diferentes formas de entender la vida.
La lectura es un hábito que favorece la capacidad cognitiva de nuestra mente, y fortalece y establece nuevas conexiones neuronales. Además, refuerza nuestro pensamiento crítico, nos ayuda a conocernos mejor, y estimula nuestra imaginación, incrementando así nuestra capacidad creativa.
Leer para ser más felices
Por otra parte, leer puede ayudarnos a mejorar nuestras relaciones sociales de varias maneras. Por ejemplo, nos aporta un gran bagaje cultural, lo que nos permite desarrollar temas de conversación con facilidad e intercambiar ideas, porque la lectura enriquece la forma de ver el mundo e incluso de vivir. También es un gran antídoto contra el estrés, ya que leyendo nos abstraemos de la realidad, olvidándonos de todos nuestros problemas.
Los libros pueden ayudarnos a superar situaciones difíciles, ya que muchos relatan la vida de otras personas, con sus complicaciones. Podemos identificarnos y esto nos ayuda a tener una perspectiva más amplia de nuestra realidad, y a comprobar que nuestros conflictos no son únicos ni irresolubles, porque otros los han superado. Por no hablar de la cantidad de libros de autoayuda, que pueden ser muy útiles reforzando nuestra autoestima.
La lectura no es sólo un hábito positivo para nuestro cerebro. Lo es también para el enriquecimiento general de nuestra vida, para nosotros mismos y para nuestras relaciones con los demás. Nos permite crecer como personas y ser, en definitiva, más felices.
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