Paredes blancas encaladas, vigas de madera, mimbre, ratán, lino, algodón, piedra natural, artesanía… No hace falta dar más pistas. ¡Amamos el estilo mediterráneo!
Apostamos por la arquitectura sobria y sencilla, por su integración en el paisaje, por la luminosidad… El color es la base de cualquier decoración, y la paleta cromática de la mediterránea se basa, además del blanco, en la combinación de los colores tierra, azul mar y verde agua.
En los espacios interiores, debe predominar la sencillez, libre de artificios y excesos. Nos gusta seleccionar muebles fabricados con materiales naturales, como la madera y la rafia, respetando siempre sus tonos originales. Deben ser sencillos e incluso austeros.
Nos encantan las piezas autóctonas: botijos y jarrones de barro cocido, platos de cerámica hechos a mano, estanterías de madera reciclada… En la decoración mediterránea los materiales tradicionales representan un homenaje a los artesanos, una puesta en valor de los orígenes y de lo auténtico, que inevitablemente aportará un toque íntimo y personal a los espacios.
La selección de textiles es otra de las claves que debemos tener en cuenta, si apostamos por la decoración mediterránea. El algodón y el lino son nuestras telas preferidas, por la frescura y la naturalidad que aportan a las diferentes estancias. En cortinas, cojines, y alfombras crean un ambiente cálido y relajado.
Y no olvidemos la importancia de la orientación al sur, para que la casa, el hogar, aproveche al máximo la increíble luz del mediterráneo.
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Fuente:
Telva
Nomadbubbles.